Ubicada en el corregimiento La Floresta del municipio de Yolombó, en el Nordeste de Antioquia, la Mina Los Balsos se ha erigido como un modelo de integración comunitaria, desarrollo sostenible y responsabilidad social.
Otoniel Cataño, representante legal de este proyecto, nos cuenta cómo la Mina Los Balsos ha evolucionado en los últimos 24 años, convirtiéndose en una unidad productiva que beneficia a varias familias de la región. Actualmente, la mina emplea a más de 70 personas de forma directa y alrededor de 18 de manera indirecta, todos con sus prestaciones legales.
La extracción de oro en Los Balsos se realiza a través de cuatro procesos de separación, bajo estrictos planes de manejo ambiental. Otoniel destaca el compromiso de la mina con la comunidad local, asegurando que la mayoría de sus empleados sean habitantes del corregimiento, a fin de fortalecer el arraigo, el sentido de pertenencia y la identidad de la zona.
Desde 2015, la mina opera como una empresa legalmente constituida, reconocida por su excelente sistema de gestión y su robusto programa de Seguridad y Salud en el Trabajo, factores que han sido clave para su estabilidad y crecimiento.
A pesar de su vocación minera, los trabajadores de Los Balsos no han abandonado sus raíces campesinas. En el área de la mina se cultivan caña, yuca, aguacate, plátano, frutales y se desarrolla un proyecto piscícola avalado por la Universidad de Antioquia. Estos productos no solo contribuyen a la sostenibilidad alimentaria de los mineros, sino que también refuerzan su conexión con la tierra.
El ambiente laboral en Los Balsos es descrito como agradable y motivador, fundamentado en una clara responsabilidad social y empresarial. Este compromiso con el bienestar de la comunidad ha convertido a la mina en una oportunidad para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de La Floresta.
Los directivos de la mina hacen un llamado al Gobierno Nacional para que mejore la normativa minera, instando a que las grandes empresas devuelvan las áreas no utilizadas y se permita así que los pequeños mineros se organicen y trabajen de manera legal y ordenada. Además, abogan por eliminar el estigma asociado al conflicto y la descomposición social, buscando el reconocimiento de su derecho al territorio y la posibilidad de trabajar de manera digna y en pro de sus familias.
La Mina Los Balsos es, sin duda, un ejemplo de cómo el arraigo, la organización y la responsabilidad social y ambiental pueden transformar positivamente una comunidad, ofreciendo oportunidades y esperanza para un futuro mejor.