En esta entrevista con el señor Jefferson Calderón, un hombre dedicado a la construcción en el Nordeste de Antioquia, nos conmovió al compartir su testimonio sobre el llamado que siente en su corazón: salvar vidas. Para él, este no es solo un acto noble, es una misión.
Con una voz llena de empatía y sensibilidad, Jefferson nos relató cómo ha combinado su quehacer diario en el sector de la construcción y otros negocios, con su disposición a ofrecer una mano amigas a quienes, en medio de su angustia o dolor, consideran la idea de acabar con todo. Su motivación nace del profundo entendimiento de que, a veces, una sola palabra de aliento puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Jefferson nos invita a todos a unirnos en esta causa, a abrir los ojos y los corazones ante el sufrimiento de quienes están a nuestro alrededor.
Prevenir el suicidio es responsabilidad de todos, y su mensaje es claro: siempre hay esperanza, siempre hay alguien dispuesto a escuchar. Con su ejemplo, nos recuerda la importancia de estar presentes, de tender puentes de apoyo y de transformar el amor en acciones que salvan vidas.
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