Estas fueron algunas de las problemáticas sobre la salud mental presentadas en el Concejo de Medellín en el debate realizado sobre el análisis y seguimiento de los resultados de implementación y el avance del Plan Estratégico de la Política Pública de Salud Mental en la capital antioqueña, convocado por la concejal Leticia Orrego, en el que, además, se expusieron las dificultades en el acceso e insuficiente oferta para algunos servicios especializados.
La fragmentación y la desarticulación del sector salud es un gran reto para un gobierno local, los resultados en salud no son los esperados y se continúa presentando insatisfacción con el servicio, según el informe de seguimiento al Plan Indicativo con corte a agosto de 2023, expresó la corporada en su intervención.
La concejal del Partido Centro Democrático manifestó su preocupación, puesto que la Política Pública de salud mental y adicciones de Medellín es de 2020, año en el que se vivía la pandemia y hasta la fecha no ha sido actualizada, teniendo en cuenta que la pospandemia, que se declaró en 2022, dejó en evidencia un sinnúmero de conflictos y desequilibrios en en el bienestar mental de los ciudadanos de todas las edades.
Desde 2009 no se realizan estudios poblacionales sobre salud mental, lo que hace cuestionar a la concejal sobre la evidencia científica sobre la que se han tomado las decisiones públicas para la prevención, el cuidado y la atención de este asunto.
El incumplimiento de las metas se ve directamente reflejado en la salud mental de la población, afirmó Leticia Orrego, e hizo énfasis en que no se construyó el hospital de salud mental, no se crearon las dos comisarías especializadas en violencia basada en género y con enfoque diverso y la mortalidad por suicidios aumentó de de 6.8 a 7.16 entre 2020 y 2023.