En un giro inesperado, el presidente Gustavo Petro solicitó la renuncia de su ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en medio del escándalo de corrupción relacionado con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres. A través de un mensaje en la red social X, el mandatario justificó su decisión alegando que Bonilla estaba siendo “despedazado” por su lealtad al programa de Gobierno.
“No creo que sea culpable, pero quieren derribar inconstitucionalmente este Gobierno”, escribió Petro en un trino titulado “Ricardo Bonilla, parte II”, ampliando una defensa que ya había iniciado el día anterior. Según el presidente, Bonilla habría caído en una “encerrona” orquestada por sectores políticos y funcionarios de su propio ministerio.
Conozco al profesor Ricardo Bonilla, y lo respeto muchísimo, por su profundidad intelectual como economista de verdad, comprometido con las necesidades de su pueblo
A veces lo intelectual separa del pueblo, te hace veleidoso, te genera una especie de aristocracia falsa que te… https://t.co/fQ9xsSh2Jg
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 3, 2024
Corrupción, contratos y testimonios
El escándalo de la UNGRD involucra un presunto entramado de corrupción donde se habrían utilizado recursos públicos para influir en congresistas. Una de las figuras clave en este caso es María Alejandra Benavides, exasesora del Ministerio de Hacienda, quien aseguró ante la Fiscalía que fue presionada para autorizar contratos por 92.000 millones de pesos, supuestamente destinados a la compra de votos legislativos.
“Él [Bonilla] me usó. Sabía lo que ocurría y autorizó todo”, afirmó Benavides, cuya declaración ha complicado aún más la posición del ministro. Estas afirmaciones coinciden con las de otros implicados, como Olmedo López, exdirector de la UNGRD, y Sneyder Pinilla, exsubdirector de la misma entidad.
Entre las pruebas presentadas se encuentran dos resoluciones firmadas por Bonilla que añadieron 1,4 billones de pesos al presupuesto de la UNGRD en 2023, meses antes de las elecciones regionales. Aunque el dinero estaba destinado a obras de prevención de desastres, las investigaciones señalan que parte de estos fondos se habría redirigido a intereses políticos.
Crisis de credibilidad
El presidente Petro no escatimó en críticas hacia los funcionarios “uribistas” que, según él, permanecen en el Ministerio de Hacienda y habrían actuado en contra de su Gobierno. Sin embargo, también reconoció un error de juicio en Bonilla, a quien acusó de “ingenuidad académica” al confiar en personas que, en sus palabras, “no tienen la misma altura intelectual”.
El pedido de renuncia de Ricardo Bonilla, uno de los hombres más cercanos al presidente desde sus días como alcalde de Bogotá, marca un punto crítico en la administración Petro. En un Gobierno que ha enfrentado múltiples cuestionamientos por su gestión y transparencia, esta decisión podría tener repercusiones tanto en el frente político como en la confianza de los ciudadanos.
Mientras tanto, las investigaciones en la Fiscalía avanzan y las miradas están puestas en el desenlace de este escándalo, que amenaza con convertirse en uno de los episodios más turbulentos del actual mandato presidencial.