En solo tres años de mandato, el presidente Gustavo Petro ha impuesto un récord histórico en la rotación ministerial en Colombia: 18.3 ministros por año, superando con creces a todos sus antecesores desde la Constitución de 1991. Un fenómeno que pone en tela de juicio la estabilidad del gobierno y la coherencia en la implementación de las políticas públicas.
Un análisis comparativo revela el ranking de mandatarios por promedio anual de cambios ministeriales:
Gustavo Petro – 18.3 por año
Iván Duque – 10.0 por año
Juan Manuel Santos** – 7.6 por año
Andrés Pastrana – 6.5
César Gaviria – 5.8
Ernesto Samper – 5.3
Álvaro Uribe – 4.8
Los datos, calculados a partir del número total de ministros y los años de cada gobierno, muestran cómo la administración actual ha duplicado, e incluso triplicado, los promedios de varios expresidentes. Mientras en el pasado un ministro permanecía en el cargo como símbolo de experiencia y continuidad, hoy muchos apenas alcanzan a calentar la silla antes de ser reemplazados.
La alta rotación ministerial, más allá de los escándalos puntuales o disputas internas, refleja un desgaste político evidente, una falta de rumbo claro y una debilidad institucional preocupante. La inestabilidad compromete la continuidad de las políticas públicas, debilita la capacidad técnica del Estado y alimenta la percepción ciudadana de improvisación constante.
¿Se trata de una estrategia de renovación permanente o de una muestra de tensiones internas y crisis de gobernabilidad? Desde las teorías de la gobernanza, un gabinete inestable erosiona la confianza en las instituciones y dificulta la articulación con los distintos actores del Estado.
Lo cierto es que Petro no arma gabinetes: los colecciona. Y mientras el país se enfrenta a desafíos cruciales en economía, seguridad, salud y educación, el Gobierno parece más concentrado en sobrevivir a su propio remezón interno que en gobernar con firmeza y coherencia.