Aunque aseguró no tener en el alma la intención de cerrarlos, dejó claro que su gobierno buscará que la justicia actúe contra aquellos que, según él, violen la Constitución, el derecho a la información y la verdad. La advertencia, revestida de un lenguaje legalista, reaviva una tensión que se ha mantenido durante todo su mandato y que hoy vuelve a escalar.
Mientras Petro acusa a la prensa de “reemplazar la información por ideología del odio”, él mismo ha sido identificado como el político que más mensajes agresivos ha emitido en redes sociales. Un análisis del medio de comunicación La Silla Vacía reveló que, entre enero de 2024 y junio de 2025, el presidente publicó al menos 409 trinos agresivos, muy por encima de cualquier otro líder político del país. La narrativa de víctima frente a los medios pierde fuerza cuando quien la promueve es, a la vez, quien más fuego verbal lanza en la arena digital.
El mensaje, difundido en su cuenta de X, llegó pocos días después de que Alfredo Saade, su jefe de despacho y aliado cercano, pidiera públicamente el cierre o “control” de algunos medios. Petro intentó marcar distancia de esa postura radical, pero terminó apuntando en la misma dirección: los concesionarios de radio y televisión podrían perder sus contratos si se considera que incumplen con sus obligaciones constitucionales. Amenaza que siembra dudas profundas sobre la intención del Ejecutivo frente a la libertad de prensa.
No es la primera vez que el presidente se lanza contra los medios. Ha llamado “muñecas de la mafia” a periodistas que lo cuestionan, ha señalado a comunicadoras como parte de una supuesta prensa del Mossad y ha acusado a los conglomerados mediáticos de ser enemigos del pueblo por no apoyar sus reformas.
En esta ocasión fue más allá, al comparar la función actual de la prensa colombiana con la propaganda que incitó genocidios como el de Ruanda o con el discurso de odio del nazismo. Las palabras no son menores, sobre todo cuando vienen de la figura con mayor poder político del país.
Lo sucedido en el congreso de la república al final de la alocución presidencial sobre el balance, por parte de la oposición, fué responder con grosería y el llamado al golpe institucional
Un ciudadano puede decir «fuera Petro», pero un congresista no, porque juró cumplir la…
— Gustavo Petro (@petrogustavo) July 24, 2025
En paralelo, Petro reconoció que ha construido una “poderosa red de comunicación” para defenderse de los medios tradicionales. Si bien no utilizó la palabra “bodegas”, el contexto y las declaraciones de otros funcionarios como Gustavo Bolívar –quien admitió haber contratado influenciadores para impulsar la imagen del gobierno– refuerzan la idea de una maquinaria de propaganda operando desde las redes sociales oficiales y afines. Incluso se habla de la creación de una nueva red social, llamada “P”, impulsada por Saade, para difundir los mensajes del Gobierno sin intermediarios.
La Fundación para la Libertad de Prensa -Flip- ha alertado en múltiples ocasiones sobre el ambiente hostil que enfrenta el periodismo bajo este gobierno. A la estigmatización se suman los intentos por instrumentalizar el Sistema de Medios Públicos, hoy manejado por figuras como Hollman Morris, y por marginar a medios que no replican la narrativa oficial.
El intento de dividir a los medios entre “los del pueblo” y “los del capital” no solo polariza aún más el debate público, sino que erosiona las bases del pluralismo democrático.